Muerte a un modelo de masculinidad asqueroso

Cada día que pasa, reniego más y más del modelo de masculinidad que nos inculcan desde que nacemos y por supuestísimo de esta sociedad machista en la que me ha tocado nacer.

UN LAMENTABLE FORO

Hoy mismo he entrado en un debate, bueno llamarlo debate es dar honra a un lamentable foro, en el que el modelo de masculinidad que me rodea toma su forma de ser, sin dudar, sin pedir permiso, acostumbrado como está a campar a sus anchas.

La noticia origen de dicho foro es que Ada Colau denuncia haber sido acosada sexualmente siendo alcaldesa de Barcelona.

El titular del diario "20 minutos" dice así: Ada Colau dice que sufrió acoso sexual siendo alcaldesa: "Me dijeron que estaba muy buena".

Este titular capcioso de por sí, necesita poco para que los comentarios de los muchos hombres y algunas mujeres que pasan por ahí, se burlen de la noticia, del físico de Ada Colau y nos regalen chistes de mal gusto y trasnochados.

No he podido evitar entrar y exponer mi hartazgo:

"Qué asco de sociedad esta, en la que los hombres borrachos acosan a las mujeres y todo lo que se nos ocurre decir es lo fea que es Ada Colau".

No cargo personalmente contra quienes escriben sus chascarrillos y bromas absurdas. Yo mismo lo habría hecho hace unos años. Aún hoy en día, me descubro errores de bulto, que trato de corregir cuanto antes.

Pese a ellos, me siento afortunado por haberme quitado la venda y ser consciente de que nos encontramos inmersos en un reino machista, al que nos va a costar mucho derrocar.

ME CUESTIONO CÓMO REACCIONARÍAN

Me pregunto si est@s personas que se burlan del físico de la alcaldesa de Barcelona, ante una noticia de acoso, probablemente sin llegar a leer la noticia completa, se reirían igual si fuera su madre a la que dos borrachos la preguntaran si estaba soltera, le dijeran que está muy buena y le preguntaran si podía hacer algo con ellos.

Si dirían de su hija o de su hermana que es una fea y que no se merece ese "piropo".

O quizá si, ellos mismos, fueran con un botón de la camisa desabrochada y tras violarles, le dijeran que ¿cómo se le ocurre desabrocharse un botón?

Me cuestiono cómo reaccionarían cuando volvieran por la noche, después de trabajar, y tuvieran que ir mirando a los lados al salir del tren de cercanías, por temor a ser abordados por cualquier energúmeno que los mirara de manera libidinosa. Quizás reirían y dirían que ellos son tan feos que no puede ser que "los desee", el asqueroso salido que les está mirando.

Presencié, hace no mucho, en la cola de una atracción del parque de atracciones de Madrid como un viejo verde, acompañado de su hijo, miraba con deseo enfermizo a una niña que en bikini, esperaba su turno para subir a una atracción acuática.

Solo fue una mirada, pero me sentí tan afortunado de que mis tres hijos fueran varones y estuvieran fuera del alcance de esas miradas, de esos momentos de miedo al ir "sola", o simplemente de que no tengan que soportar chistes machistas cuando denuncien cualquier tipo de acoso.

MUERTE AL PATRIARCADO Y AL MACHISMO

Aborrezco este sistema patriarcal y enfermo en el que vivimos y que trae consigo todas estas situaciones que acabo de exponer y trato de inculcarle a mis hijos que todos somos iguales, y que el respeto a los demás es la mejor muestra de respeto a uno mismo.

Quiero explicarles que las garras del machismo y de una masculinidad equivocada les van a tratar de atrapar a cada instante y en cualquier lugar. En forma de conversaciones machistas, de mensajes que quieren grabar a fuego que la mujer es un objeto al que se puede catalogar de feo o bonito, sin profundizar en más. Que quieren abducirles, diciéndoles que ellos son príncipes azules y que sus princesas deberán rendirles pleitesía de por vida.

Ayer mismo, le dije a mi hijo mayor que muchas parejas encuentran su felicidad al segundo, tercer o cuarto intento. Y que si le rechazan en algún momento, respete esa decisión y siga adelante. De la misma manera que él podrá rechazar a alguna pareja en alguna ocasión y deberá hacerlo con lealtad y respeto.

Les quiero advertir, que viven en una sociedad enferma en la que la pornografía encubierta o la prostitución están normalizadas.

Quiero que esa venda que tanto tiempo he llevado yo, ni les oprima ni les impida ver que tras toda esta mierda hay un horizonte que puede y debe ser mejor.

Quiero que cuando lean una noticia como la de Ada Colau, la interpreten y se planteen como la alcaldesa decía, que si a un alto cargo como ella, le ocurre esto, qué no padecerán miles de mujeres en sus trabajos, en sus casas, en sus colegios.

Mientras tanto, su padre reniega una vez más de este modelo y suspira porque su muerte no tarde tanto en llegar, como él mismo intuye.

Solo me queda gritar: ¡Muerte a un modelo de masculinidad asqueroso!