¡A LA MIERDA!

Parafraseando al gran Fernando Fernán Gómez: ¡A la mierda! Es lo único que se me ocurre cuando pienso en estas nuevas elecciones generales que tendrán lugar el próximo 26 de junio.

Tuve mis serias dudas en cuanto a quién votar en las recientes elecciones del 20 de diciembre, pero ahora no tengo la menor duda. Por mi parte se pueden ir todos a freír espárragos.

NINGUNO MERECE LA PENA

No pienso votar a ninguno de estos mequetrefes que han sido incapaces de ponerse de acuerdo para llevar a cabo lo que les pidió aquel 20 de diciembre, la ciudadanía.

El mensaje era clarísimo, pero parece que sus señorías ni lo han entendido ni se esforzaron siquiera por ello. Y no salvo a ninguno. Ni a uno solo.

Cuando un pueblo vota de la manera que voto España en las pasadas elecciones, el mensaje es evidente. "PÓNGANSE USTEDES DE ACUERDO".

Pero ¿para qué escuchar a la gente? Es mejor dedicarse a dar un espectáculo lamentable. Que si no te doy la mano, que si quiero un ministerio, que si contigo ni hablo...

Porque ellos siguen con sus bolsillos llenos, con sus tramas de corrupción, con sus impuestos no pagados en Panamá o tomándonos por imbéciles y haciéndonos perder el tiempo con discursos de Otegui en el parlamento europeo o con Doña Rita Barberá blindada en el Senado, mientras muchos de nosotros seguimos con el agua al cuello, luchando por llegar a final de mes los afortunados y buscando empleo o comida en los contenedores en el peor de los casos.

LA BROMITA QUE CUESTA MAS DE 100 MILLONES

Y ahora no se ponen de acuerdo ni en eliminar los gastos de la campaña electoral. Miren, de verdad, que no se trata de ahorrar. Que se pueden meter la campaña electoral por donde les quepa. Que quien quiera votar al PP, al PSOE, a PODEMOS, a Ciudadanos, a IU, al PNV, a Esquerra, etc... lo va a seguir haciendo con campaña o sin campaña y quien como yo haya decidido no votar, no va a cambiar de opinión por recibir un sobre en el buzón o ver una foto de ninguno de ustedes sobre una farola.

Oigan, que no somos tontos ni tontas y a sus mitines van sus afiliados o aquellos a los que pagan ustedes de cualquier manera.

De verdad que no hace falta campaña electoral, pedazo de caraduras.

Yo ya no pienso votar a esa gente. ¿Cómo los llamaban los nuevos salvadores de la patria? Ah sí, "la casta". Pues no, no pienso votar a la casta, ni tampoco a los nuevos salvadores de la patria, que escondidos en sus nuevos partidos de Ciudadanos y Podemos, escondidos bajo sus túnicas naranjas y moradas, nos hicieron creer que un cambio era posible y nos tomaron el pelo en aquel café televisado que se tomaron con Évole.

Aquellos que pese a defender ideologías opuestas, se ponían de acuerdo en que había que dialogar, luchar contra la pobreza y batallar contra la corrupción.

Son los mismos que una vez pasadas las elecciones han echado pestes el uno del otro y han bloqueado cualquier posibilidad de cambio, cualquier intento de comenzar a caminar y dar sustento a quienes de verdad lo necesitan. Ellos no podían ni compartir mesa, porque ahora no estaba Ébole ni su programa de Salvados donde poder rascar unos cuantos votos. Esos ya los tenían.

De Rajoy y Sánchez, del PP y del PSOE no había mucho que esperar. Ellos llevan toda la vida viviendo de nuestro trabajo.

El PP y el PSOE se pelean por manejar un carro que arrastramos, como bueyes, todos y todas las españolas que trabajamos cada día y que pagamos religiosamente nuestros impuestos. Aquí en España, no en las Seychelles, ni en Samoa, no, en España.

Me dicen que no votar es favorecer al PP y yo les respondo que me importa un bledo. Que en las últimas elecciones no voté al PP y ha sido el PP quien ha seguido gobernando.

UN MENSAJE CLARO Y MERIDIANO

El mensaje era clarísimo: No queremos gobiernos de derechas o izquierdas. Queremos que den lo mejor de cada uno para elaborar un proyecto común.

Pero ni puto caso. Vamos a otras elecciones. Que ahora nos quieren seguir engañando como a idiotas llamándolas segunda vuelta. Sí, segunda vuelta por mis....

Y si vuelve a ocurrir lo mismo, dirán que es culpa del pueblo este de gilipollas, que pagan sus impuestos mientras nosotros lo evadimos en Panamá y que son incapaces ni de votar en condiciones. Que sigan votando hasta que pueda manejar el carro el PP o el PSOE otra vez.

Por mi parte, lo tengo tan claro como lo tuvo el gran Fernán Gómez aquel día en que le pedían un autógrafo y harto le gritaba a su admirador : ¡ A la mierda!

Pues eso, que se vayan nuestros politicastros a la mierda.